domingo, 24 de mayo de 2020

Lunes, 25 de Mayo de 2020.  
¡¡¡Buenos días!!! 
Empezamos otra semana, esperamos que con mucha energía.

  No olvidamos nuestras rutinas: el tiempo y el día de la semana
  ¿SOLEADO?¿NUBLADO?¿LLUVIOSO?
  ¿QUÉ DÍA ES HOY? LUNES


 Hoy comenzamos el libro número 8 de la carpeta. A lo largo del desarrollo de la unidad didáctica, irán conociendo diversas actividades que se pueden realizar en verano, sobre todo las relacionadas con el medio acuático, aunque debemos hablar con los niños y niñas sobre las vacaciones diferentes que vamos a vivir este año en las circunstancias especiales que tenemos.
Se les mostrarán los paisajes típicos que se suelen ver en verano, como son las playas, el mar, las piscinas… pero se les advertirá de las precauciones que hay que tener en este medio: hay que usar siempre protección solar en verano, y hay que tener mucho cuidado con el agua.
Se aprovechará la unidad para tratar los medios de transporte que nos sirven para desplazarnos hasta nuestro destino, y también para conocer algunos alimentos característicos de esta época del año. El cuento de la unidad  nos ayudará para introducir el libro.
LA PRINCESA LÚA

Al atardecer, cuando ya no había bañistas, las tres familias vecinas fueron a pasear a una playa protegida a la que se podían llevar mascotas. Y, por supuesto, las acompañaban sus perritos: Lúa, Oto y Bimba.
Oto, después de darse un buen chapuzón, se revolcó por la arena.
–¡Guau! –ladró Bimba–. Pareces una croqueta.
Lúa corrió a la orilla y se quedó observando una caracola que se había escondido en un alga. Olfateando al curioso animalito, Lúa metió la nariz bajo el alga. Cuando levantó la cara, la tenía enganchada en la cabeza como si fuera una melena.
–¡Vaya! Qué pelo verde tan bonito. Estás muy guapa –le dijo Oto muerto de risa.
–Guau, guau, guau, guau  –ladró Lúa bailando a dos patas y luciendo su nuevo aspecto.
Caminando por la orilla, Lúa descubrió una hermosa estrella. “¡Vaya! –pensó–, ¿se habrá caído de entre las nubes?”.
Dando saltos, quiso devolverla al cielo, pero no lo consiguió. Después volvió a intentarlo con su magia. La miró fijamente con su ojo rosa y lo deseó con fuerza. Pero en vez de al cielo, la estrella se fue al fondo del mar, arrastrada por una ola.
–Bueno –se conformó Lúa, que ya no se enfadaba cuando no tenía lo que quería–, a lo mejor le gusta más vivir ahí.
Bimba se lo pasaba pipa jugando con las gaviotas. Cada vez que se acercaba, las aves alzaban el vuelo  y se posaban un poco más allá. Bimba volvía a correr ladrando hacia ellas y… ¡vuelta a empezar! ¡Qué divertido!
Mientras tanto, los niños habían hecho un enorme castillo de arena.
–Tiene cuatro torres y un foso con dragón –explicó Noa.
–Venid –los llamó papá–. Vamos a las rocas.
–Eres la princesa Lúa –dijo Noa antes de marcharse–. Te
dejo al cuidado del castillo.
Lúa se tomó muy a pecho su misión. Mientras Oto y Bimba jugueteaban con las olas, ella saltó el foso y se metió
en la fortaleza.
Paseando entre sus muros se sentía una auténtica princesa, hasta que apareció un ser de ojos saltones. Tenía muchas patas, ¡y dos enormes pinzas!
–¡El dragón del foso! – gritó Lúa. Y echó a correr derribando una de las torres.
La perrita quedó sepultada entera. Bueno, menos su hociquito negro, que asomaba por la cima de la montaña de arena.
Cuando volvieron, los niños echaron de menos a Lúa.
–¡Lúa! –gritaban. Pero la perrita no aparecía.
El dragón, que no era más que un cangrejo, lo había presenciado
todo. Cavando con sus diez patas, con mucha paciencia, logró desenterrar a Lúa.
–Mil gracias, señor dragón –dijo Lúa.
–De nada. Ha sido un placer –contestó el cangrejo.
–Mirad quién viene por allí –gritó Oto–. ¡Es Emóticus!
Efectivamente, era el científico, que había venido a pasar sus vacaciones.
Lúa sintió que el corazón le daba saltos de alegría. Y lo mismo les ocurrió a los demás. ¡Todos estaban felices!
Incluso el cangrejo, al que Emóticus le cayó bien enseguida.
Ni que decir tiene que ese verano pasaron unas vacaciones requetefantásticas.


Pasamos al libro. Empezamos poniendo el nombre.
FICHA 1
·      Pegar los adhesivos del cangrejo, la ostra y la estrella.
·      Rodear los dos peces que están separados del Banco de peces.
·       Observar la lámina con los niños y realizar preguntas para comprobar sus conocimientos previos y su capacidad de razonamiento: Fíjate bien en la lámina, ¿quién vive en el mar? ¿Hay plantas debajo del agua? ¿Qué animal asoma sus patas por detrás de la roca?, ¿hay otros animales que no sean peces? Nómbralos. ¿Qué hace la familia de Mateo y Noa? ¿Por qué crees que Lúa está sola en la orilla? ¿Saben nadar los perros? ¿Y tú?
·       Leer el texto del reverso y explicarlo: En la playa se pueden realizar muchas actividades divertidas: construir castillos de arena, saltar olas o nadar en el mar. Si buceas cerca de la orilla podrás ver pequeños peces. Si vas por la zona de las rocas, es posible que veas erizos. Con suerte podrás ver alguna estrella de mar o un pulpo, ¡ya verás qué divertido! ¿Has buceado alguna vez? ¿Sabes para qué sirven las aletas? ¿Y el tubo de buceo?
·       Explicar a los niños que para realizar esta actividad, como en otras, deben estar en compañía de un adulto y no alejarse de la orilla. Además, al salir deben recordar siempre usar protección frente al sol.
·       Nombrar animales que viven en el mar y describir sus características básicas.
  





   Un beso para todos, las seños Lourdes y Mariví








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